Falling

Venia caminando del colegio, el trecho no era ni muy largo ni muy corto. El y su hermana vivian en un barrio residencial donde, como era de suponerse, vivia gente rica.. como ellos.
En su mano izquierda llevaba su celular, iba mensajeandose con sus amig@s; todo iba perfectamente, ya faltaba poco para llegar cuando sus piernas dejaron de responderle y se doblaron haciendolo caer al suelo de frente, por suerte logro anteponer sus manos.

-Rayos!

El celular se habia escapado de sus manos y habia alcanzado poco mas de medio metro, por lo que no le costo arrastrarse un poco y tomarlo. Marco el numero de casa y aguardo a que lo atendieran.

Iba de un lado para otro de la casa cuando el telefono empezo a sonar. Al principio no atendio esprando que lo hiciera la unica criada que quedaba en la casa pero al no hacerlo, Vanessa no tuvo mas remedio que descolgarlo.

- Vanessa xxx, si?

Al escuchar la voz de su hermano pequeño relajo los hombros y suspiro cansada. Odiaba tener que hacerse cargo de el solo por ser su hermana mayor... Colgo al escucharle decir que estaba cerca de casa y le habian fallado las piernas.

En seguida salio de la mansion, caminando lentamente. No tenia prisa en encontrar a Ikuto, cuanto mas tardara en hacerlo menos tiempo pasaria con ese pesado enfermo. Al encontrarlo paro frente a el, se agachó y le ayudo a levantarse como si fuera un trabajo que hacia a diario (en realidad si lo hacia bastante a menudo).

- Podrias tener un poco mas de cuidado, estaba ocupada. Siempre igual, intentando ser el centro de atención de todo...

-Calla.

Respondio con el ceño fruncido ni bien llego su hermana y lo primero que hizo fue quejarse. Se sujeto a su hombro con fuerza listo para el viaje de 10 minutos o mas hasta la puerta de la casa.

-No trajiste la silla de ruedas? No soy muy pesado?

Pregunto mientras esperaba a que comenzara a caminar.

Le mando una mirada fulminante ante su pregunta. Se le habia olvidado por completo la silla de ruedas y por supuesto le estaba costando la vida llevarlo hasta casa.

- Claro que eres pesado, no eres como un niño de 7 años con el que se pueda cargar facilmente...

Su respuesta fue tan aspera como de costumbre. Nada mas abrir la puerta de la casa apoyo a su hermano con algo de brusquedad en el marco de la puerta y acerco la silla de ruedas.

- Ahi tienes, no esperes que te lleve a tu habitacion porque los brazos si te funcionan. Y cierra la puerta.

Alzo el menton con aires de superioridad y se giro sobre si misma.

- Ahora te llevo los medicamentos.

Entrecerro los ojos ante sus miraditas y se dejo llevar tranquilo hasta que el borde del marco de la puerta se clavo en su espalda.

-Ok, gracias!

Dijo en voz alta para que la no-sorda lo escuchara y se subio sobre la silla con un poco de dificultad y rodo hasta la cocina.

-Bruja..

Murmuro mientras buscaba algo en la heladera para comer.

Se acerco al estante donde tenia todas las medicinas de Ikuto bien ordenadas y metio en un vasito de plastico las que tenia que tomarse. Se acerco a su habitacion pensando que estaria alli y al no verlo gritó su nombre.

- IKUTO!!! DONDE DEMONIOS ESTAS!?

Salio disparada para el salon y finalmente lo encontro en la cocina. Le ponia histerica que saliera de su habitacion porque si luego pasaba algo no sabia donde encontrarlo. Le dio el vasito y le sirvio un poco de agua.

- Deberias esperarte a que la comida se sirva. Ya sabes que no puedes comer todo lo que quieras.

Se rio cuando escucho a su hermana gritar desde su habitacion y siguio en lo suyo hasta que llego.

-Si si, lo que digas.

Contesto ironico mientras sostenia un vaso con leche y comenzaba a tomar las pastillas una por una.